El cólico del lactante es una situación que ocasiona malestar en el lactante y en muchas ocasiones un importante nivel de estrés en los progenitores. En los últimos años, esta patología ha generado interés entre los pediatras y otros especialistas, de forma que los múltiples estudios publicados sugieren que existen implicaciones más allá de los primeros meses de vida.

El cólico del lactante es una situación que ocasiona malestar en el lactante y en muchas ocasiones un importante nivel de estrés en los progenitores. En las primeras 8 semanas de vida, el cólico afecta al 17-25 % de los lactantes, reduciéndose hasta el 0,6 % a los 3-4 meses, independiente del tipo de lactancia recibida. 

La microbiota del bebé estará condicionada en función de la etapa evolutiva, de forma que la composición de la microbiota materna influirá en la microbiota del bebé durante el periodo gestacional. Otros factores que influirán, entre otros, son el tipo de parto (vaginal o por cesárea), la edad gestacional y la leche materna. Habitualmente desaparece de forma espontánea a los 4 meses de vida del bebé. En los últimos años, esta patología ha generado interés entre los pediatras y otros especialistas, de forma que los múltiples estudios publicados sugieren que existen implicaciones más allá de los primeros meses de vida.

En la actualidad, los criterios diagnósticos del cólico del lactante están definidos en los criterios de Roma IV del año 2016, que establecieron cambios respecto a los criterios tradicionales de Wessel.

Consecuencias del cólico

A corto plazo, el cólico provoca dificultad en la alimentación, interrupción de la lactancia materna y estrés parental. A largo plazo se asocia a problemas comportamentales, tanto en la edad infantil como en la vida adulta, problemas de sueño que no se observan en los primeros meses de vida, aumento de los trastornos funcionales y mayor incidencia de migraña7. De hecho, se sabe que no existen diferencias en el patrón de sueño entre los lactantes con cólico y sin cólico en los primeros meses, sino que estas aparecerán más tarde.

El 86 % de los niños con cólico tienen historia familiar de primer grado de migraña. El riesgo en los adolescentes de presentar migraña se incrementa por 3 si han tenido cólico del lactante, y por 2,5 si uno de los progenitores tiene historia de migraña.

Nuevas vías de tratamiento.

  1. Los probióticos son microorganismos vivos que, cuando se administran en una cantidad adecuada, tienen efectos beneficiosos sobre la salud del individuo. Los probióticos más utilizados y estudiados son los Lactobacillus y los Bifidobacterium, y, dentro de estos dos géneros, las especies como B. brevis, B. longum, L. fermentum, L. plantarum, L. casei y L. rhamnosus, que habitan de forma natural en el tracto gastrointestinal.

Los probióticos actúan frente a los patógenos por distintos mecanismos, produciendo componentes antimicrobianos y reduciendo el pH, compitiendo por la colonización y adhesión a la pared intestinal, compitiendo por los nutrientes a nivel del intestino y suprimiendo el crecimiento de bacterias patógenas al unirse directamente a bacterias gramnegativas. Además, los probióticos presentan propiedades inmunomoduladoras que regulan la inflamación y mejoran la función de la barrera epitelial, siendo útiles en el cólico infantil.

  1. Manzanilla 

La manzanilla es una de las hierbas más utilizadas a nivel mundial, básicamente en niños. La variedad alemana (Matricaria recutita o camomilla) se utiliza por vía oral en el cólico, entre otras. 

En un estudio realizado con 68 recién nacidos sanos de entre 2-6 semanas a los que se administró un té de varias hierbas (manzanilla alemana, verbena, regaliz, hinojo y bálsamo de menta) o un placebo, demostró la desaparición del cólico después de 7 días de tratamiento en el 57 % de los casos frente al 26 % de los tratados con placebo y sin efectos secundarios.

  1. Melissa officinalis 

Es una hierba que se utiliza en el cólico infantil por sus propiedades antiinflamatorias, antiespasmódicas y por reducir la distensión. 

Se realizó un estudio prospectivo, aleatorizado, doble ciego, comparado con placebo, en el que los niños alimentados con lactancia materna fueron tratados con una mezcla estandarizada de hierbas compuesto por Matricariae recutita, Foeniculum vulgare y Melissa officinalis (ColiMil) durante 7 días, demostrando que esta combinación reduce el tiempo de llanto en el 85 % de los niños frente al 49 % en el grupo con placebo a partir del día 3 y sin la aparición de efectos adversos en ninguno de los dos grupos.